LA VIDA ES EFÍMERA. PARTE II

 

Ya escribí una vez sobre la muerte y lo rápida que podía llegar a nuestra vida. Últimamente, me ronda por la cabeza con mucha frecuencia el tema de la muerte. Es un tema tabú porque a nadie le gusta hablar de ello pero, la verdad  es que es lo único cierto que tenemos en esta vida. Todos, más tarde o mas temprano, tenemos que pasar por ese tránsito sin excepción.

Estas navidades me tocó cuidar a un paciente muy joven, de unos treinta y pocos que estaba con una sedación paliativa esperando a que su vida se apagase por completo. Por lo visto, su cáncer era uno de los más dolorosos y era tal el nivel de mórfico al que estaba ya acostumbrado a tomar para paliar el dolor, que su sedación paliativa tenía algunas modificaciones menos comunes para que pudiese hacerle efecto.Ese chico falleció la noche de reyes, esa que dicen que es la más mágica del año. Se fue rodeado de bastante familia que le acompañaba y a mí como su enfermera que fui, me toco acompañarlos en ese momento tan duro y preparar a ese chico con la máxima dignidad y respeto que supe. Desde luego, me dio para pensar varios días.

Poco después de esto, a mis manos llegó el libro “ Tu muerte es vida” de Laura Montesinos. En este libro, cuenta su testimonio de vida y como la muerte de su marido  ( también bastante joven) le abrió los ojos para entender y experimentar con paz que, a pesar del dolor, con la muerte comienza otra vida. La vida eterna. Lo que me llamó mucho la atención y me impactó leyéndolo fue saber, que su marido no murió con sufrimiento, ni por una enfermedad o accidente. Murió de forma súbita mientras dormía. Un día se acostó y no volvió a abrir los ojos.


A la vez, mientras leía este libro, tuve varios casos en el hospital donde alguno de  mis pacientes tenía una sedación paliativa. Parecía que todo giraba hacia este tema. La vida terrena tiene un fin. ¿ Me siento preparada para lo que algún día me llegará a mí?¿ Me preparo cada día para esa nueva vida que algún día llegará? ¿ Y si hoy es mi último día  y no me despierto para ver el mañana?

Todos estos casos, me sirven como recordatorio de que la vida es efímera, y que nunca podemos dar por sentado el día de mañana. Lo único que tenemos es el presente. ¿ Por qué esperar a decir te quiero o perdón?¿ Por qué agobiarme por cosas que no están bajo mi control? Teniendo presente que el mañana no lo tenemos asegurado me hace ser más consciente de querer ser mejor cada día. De hacer mis labores diarias con amor, de no dejar que los enfados me consuman y de valorar cada día como el regalo que es.

El día de mi muerte no me llevaré nada terrenal, pero sí el amor que haya puesto en cada uno de mis días. En eso seré examinada el día de mañana. En cuanto amé, serví, agradecí, perdoné…

Y aquí en la tierra  no se si dejaré familia y cosas materiales…pero sobre todo si algo quiero que quede en la tierra después de mi partida es el recuerdo del amor que puse en cada persona, trabajo o cosa que hice en mi vida terrenal para la gloria de Dios.

Y hoy, es el mejor día para comenzar a subir las escaleras del cielo.


PD: Si quieres leer la primera parte de la vida es efímera, pincha  aquí. 

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